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viernes, 26 de marzo de 2010

OJOS VIOLETA

Precisamente fue esa la única noche en que exististe para mi piel. Nos caracoleábamos con la sabana y nos hacíamos remolinos rosados con nuestras lenguas, hasta tocar el paladar o el estómago. Si, preferí callar porque no sabía que decía mientras leías las grietas de mi epidermis pedregosa… ¡callate, que el silencio recorra nuestros pétalos trémulos y el tacto nos ruborice, moreno, nos ruborice! y nos zambullimos juntos hacia aquella tabla acolchada de cuatro patas que nos recibía tan pacientemente, aun y cuando sabía que habrían retumbos, rechinadas y mutilaciones. En esta clase de cosas no existen desenlaces ni soluciones pretendidas, existen sí los cuerpos comprimidos disolviéndose en el fondo lechoso de un vaso redondo, existe la efervescencia de la materia en el universo como dos cuerpos comprimidos diluyéndose, disolviéndose…el big bang nos proyecta al techo en un dos por tres, la cama no reclama sino que recibe el peso pacientemente. ¡Ay vos, ay vos! divino encontrar manantiales bajo el desierto ¡ay vos! como se ensamblan mi cuerpo y tu cuerpo en esta nuestra cadena de producción elemental. Rara cosa ponerle nombre a una almohada, dormir borracho, (mientras el suelo se va perdiendo hacia abismos grises) sufrir pesadillas húmedas y llantos helados. Acá fue donde te reencontré, yo desnudo y con pena, vos…cualquier transeúnte de ojos violeta.
[+] Imagen: Dahlia, James Jean

miércoles, 3 de marzo de 2010

ALTERACIÓN DEL ORDEN PÚBLICO

Piedras alimentándose de la suela de tus zapatos, las sentís que crujen como tripas minerales y van penetrándose en la cubierta esponjosa que calzás. La calle está vacía, recordás los pasos de transeúntes absortos en su propio extravío, pacientes que escapan del hospital cargando un tubo con el suero intravenoso, muchachas grises que llevan tatuados en la espalda peces que brillan, viejos decrépitos con sus bitácoras de viaje talladas en el bastón de madera fina. La calle está vacía, solo tus pasos huecos y el sonido del agua que corre por la acera y baja en cascada por los caños que son prisiones subterráneas.


Una corriente de aire te desnuda, sube impúdicamente tu falda de algodón descubriendo tu pubis rosado. Te acomodás la tela de inmediato, ves a todos lados, te ruborizás, no hay nadie, nada más el sonido de tus pasos pedregosos y el flujo de agua que corre por el borde de la acera. Recordás aleatoriamente algún momento, voces trasnochadas y sonidos de cascabeles arrastrándose en el piso, tu piel seca a desgana mientras en la fuente brota un manantial, pero no se debe no se debe.

Te sentás en una banca polvosa, tu vagina a la intemperie, un par de dedos que se vuelven insectos juguetones mientras tus ojos escrutan propagandas: “ ¿VOTARÍAS POR ESTE LADRÓN? MOVISTAR, RADIO FUTURA, CLARO que sí, LISTA DE DIPUTADOS SINVERGUENZAS, MC DONALDS, COCA COLA y la mano que besa tu cuello con sus yemas húmedas por el fluido de tu entrepierna, que baja lentamente a dibujar la silueta redonda de tus pechos…no no no se debe no aquí, no así. Te ves desnuda, la ropa vistiendo el interior de un basurero de aluminio que se derrite del calor, tus nalgas llenas del polvo de la banca, el dedo insecto que no para frotando tu clítoris mientras perdés la vista en el cielo rosado y el sol copula eclipses con la luna. Cerrás los ojos, llegás a ese punto en el que todo confluye, exhalás profundamente, algo frío coge bruscamente tu muñeca y la atrapa al tiempo que se oye una voz masculina y rígida: ¡joven, usted está arrestada!

jueves, 23 de julio de 2009

TU RECUERDO DE ROCÍO ME CAE A LA MENTE

La mente (jerarquizada por un sistema de preferencias) va borrando todo aquello que le sabe a superfluo e innecesario. A vos nunca te olvidé (por alguna razón y aunque han pasado un millón de lunas por el tapiz) mi piel aun huele a algo parecido a vos. Aquella nuestra última noche (que desencadenó en otras mil y una noches solitarias y pegajosas de masturbación) no supe encontrarte a conciencia por mi rotundo estado alcohólico, recuerdo sí el estertor de mi cuerpo conjugado con el estertor de tu cuerpo, las chispas que salían del contacto de nuestros miembros excitados, la vaga idea del dolor producido por tus mordiscos y arañazos.

Esa noche habías terminado con tu novio, llegaste a buscarme con el rimmel corrido, ya habías descargado en él todo tu sentimiento guardado. Nos fuimos a un bar, al rato salimos en cuatro patas, volcamos un carro prestado y huimos de la escena difusos, en carcajadas y sin rasguño alguno. 3: 16. No sé cómo llegamos a dar a tu apartamento, a tu espacio sensual de luces tenues, borlas y muñequitas de china; empecé a imaginar formas con la sombra de tu pelo, a identificar tu olor entre todos los olores, a observar tu belleza de cerca y de lejos, reconociste que te atraía, que había una cuota de tentación pero que jamás fue más que eso. Quebramos las patas de tu cama, rompimos el junco de la silla, nos hicimos sudor, gemido, grito, piel, hueso y agua. Nos rompimos los esquemas.

Tu recuerdo de rocío me cae copioso a la mente, me cae el desvelo por tu silueta borrosa cubierta de escarchas. La mente mañosa es un profundo reflejo del alma.

martes, 14 de julio de 2009

TACTO

Nos movemos lento con nuestras miradas quedas en un solo punto: el lecho. Vos con tu sonrisa tierna que acaricia sin tocar, yo con mi cara de niño macho y mi boca a media risa. Tu olor me tranquiliza, no hay tacto ni roce, no hay prisa ni plazo. La distancia que separa nuestros cuerpos no es más que una ilusión ínfima y mediocre ¡soltate el pelo coqueta, para verte entera y descubierta! y te vas desnudando de a poco y sin pena, como adivinando mi deseo que también es tu deseo, y me voy desnudando también y nos apreciamos, vos a mi falo viril y yo a tu monte de Venus. Hemos deshecho los miedos y nos vamos abriendo camino al placer infinito y precioso. Nos acercamos paso a paso, aminorando la distancia de nuestros cuerpos que van reventando las paredes del cuarto, ya no hay barreras entre nosotros y el resto del mundo. ¡Juntémonos pues en la inmensidad de la carne, zambullámonos en la vastedad del lecho y hagámonos energía pura…no llores que lloro! Tu cuerpo y mi cuerpo, tu olor me tranquiliza, tu tacto me eriza, me estremece, me domina. Ese mi primer beso tuyo fue la paradoja de un eterno instante.

- La cama nos queda corta, debemos mudarnos al suelo…¡lo sé, lo siento, no hagas mala cara!

viernes, 19 de junio de 2009

LA VIE EST UN ENSEMBLE DE RȆVES




Hace ya varios días que fue ayer, el tiempo se nos ha salido de la mente y los engranajes de los relojes se detuvieron por la humedad. Temblábamos, jadeábamos de hambre, el cuerpo se nos iba tornando lívido pero un deseo majestuoso y estoico se fortalecía cada vez más, nos diluíamos en un compuesto químico de tactos y emociones - de frases tiernas sin fin, del sudor, del juego de las manos, las penetraciones constantes, los gemidos, una masa fibrosa de sueños rotundos- el amor tomó por asalto aquella pieza reducida y desamoblada, nos andábamos escondiendo de la suerte y de la muerte para que no se nos llevaran lo que nos quedaba ¡pero dejémonos de mierdas, que el diablo venga a arrancarme esto que siento por vos y le meto el tridente por el culo!
Vicisitudes de la vida, nos volvimos amnésicos por oficio y conveniencia, el ultimo recuerdo borroso y difuso que se tuvo fue de un tipo regordete y prepotente mostrando un papel firmado, un ejército de cargadores vaciando la casa…después de eso nos encerramos en la pieza y empezamos a ver la vida de frente.
La estera estaba empapada del continuo goteo que salía de nuestros cuerpos empalidecidos y desgastados, ella tomó mi mano y se la llevó a la boca mientras le cantaba melodías pegajosas. Se nos hizo de noche, de día, de sequía y de calor, de lluvia y de frío, nos empezaron a salir matitas con flores en los oídos, aprendimos a alimentarnos de la tierra y del viento, a reconocernos en nuestro olvido frecuente. En una de esas mudamos de piel, nos salieron alas y alzamos vuelo hacia tierras vírgenes.

domingo, 7 de junio de 2009

EL MAR SIEMPRE EXPULSA LOS CUERPOS




La tarde iba cayendo lento por todo lo ancho de su espalda, las paredes de sus senos se veían de perfil como piedras de río, lisas y achatadas, un millón de granitos de arena se daban el festín de sus vidas saboreando el néctar de sus pezones rojizos, el viento, con sobresfuerzo alcanzaba apenas a rozar los bordes de su piel tostada – ella, toda ella, era una musa encerada en sus propios bálsamos, tallada en mármol y ataviada de su misma desnudez, yo no quería verla ¡lo juro! pero una especie de tic nervioso me impulsaba la cara hacia ella, estaba a diez infinitos metros de distancia, quería irme, pensando que jamás la he visto, pero mis extremidades amenazaron con enllavarse para siempre si osaba alejarme, el deseo se adueñó de mí y me acerqué… a su lado un frasco vítreo y dentro del mismo un papel enrollado, amarrado con un trozo de alga; decidí sacarlo, a fin de cuentas la playa estaba desierta:

Te entrego a esta sirena infame
Que intentó una rebelión en mi mundo
Y para evitar que se ufane
De sus actos subversivos y ruines
La he despojado de sus dotes
La he proscrito en silencio.
Neptuno.


Sirena se llamaba pues aquella deidad explayada que al abrir los ojos tomó mi mano y empezó a escupir caracoles.

sábado, 9 de mayo de 2009

DIETA




-¿Te acordás que te hablé de estos pescaditos en Masachapa?- le dije al ver su pecera, al tiempo que me empinaba un trago seco de guarón añejo, ella que caminaba adelante asintió con la cabeza como no queriendo responder. La sujeté fuerte del brazo y me la traje contra mi pecho para robarle un beso abierto con sabor a agua salada, ella me condujo a un cuarto sin cielo raso y tapizado en madera, se quitó la traba del pelo y la blusa sudada, me tiró a la cama y por su sonrisa entre traviesa y perversa le adiviné la intención de tratarme violentamente, pensé en que me ataría a la cama, amordazándome, que sacaría una coyunda del ropero o en defecto mi propia faja y me daría con la hebilla hasta quedar inconsciente- Sucesos: joven se pasa de juegos con su amante atacándole con una hebilla hasta dejarlo muerto-…ella tan sólo se limitó a posarse sobre mi y besarme el cuello. Su piel tersa olía a crema de coco, la iba desnudando de a poco disfrutándole cada rincón de su cuerpo con mi lengua excitada, ella se retorcía como no queriendo, y a la vez me posaba todo el cuerpo para que lo tomara. Me tira a un lado y de nuevo se posa sobre mí, empieza a desvestirme para que todo esté parejo, me percato del calor por las gotas que le salen de la frente, que bajan al cuello yendo en picada hasta los senos, dibujando esa silueta magníficamente montañosa-las mujeres sudan poco- pensé. Al lado izquierdo del cuarto una ventana que da al patio, con marcos de azul cielo, sonaba con el chocar del viento; una mesita de noche a la par de la cama y sobre esta una retratera de ella cuando niña, vio que yo veía la foto- Si a esa edad hubiera sabido lo rico que es coger a estas alturas sería una puta solo por placer- ambos rompimos en carcajadas, besos, apretones de manos y tetas y más besos. Hace una semana en una noche en la que me metió al cuarto a escondidas me contó que era virgen, yo, entre incrédulo y emocionado le di una larga charla de psicólogo sexual que terminó en un millón de gemidos, sollozos y penetraciones. Hoy por la mañana la aguja de la pesa se había corrido cinco espacios, tenía cinco libras de menos ¡una semana! un boxeador tendría que suprimir desayuno y cena para bajar cinco libras y dar el peso en una semana, lo mío fue más productivo y provechoso, hacer el amor en la playa y por toda Managua, como condenados, como conejitos, día, tarde y noche por una semana. Me traía loco, se me paró el tiempo en su piel, olvidé el trabajo, al gato, las charlas y el humo gris de las noches, no comíamos, no nos percatábamos siquiera si respirábamos, yo encontré mi morada en ese capullo. El cuarto entero empezó a estremecerse por el movimiento hasta que se nos vino abajo.

domingo, 29 de marzo de 2009

LUJURIA LLUVIOSA




Llovía copiosamente, las gotas caían y se impulsaban como resortes mágicos, encontrándose unas con otras de ida y vuelta, de abajo hacia arriba; explotaban en el cemento formando una fiesta brillante. Ella rozaba con sus labios pálidos la oreja colorada de él, llevaba un vestido de fino bordaje, irreconocible ya por lo mojado y arrugado que quedó; mostraba sus piernas desnudas al ojo de cualquier curioso, de todas maneras poco importaba.

Él, sujetaba fuertemente el cuerpo de ella con sus manos temblorosas, se movía hacia delante y hacia atrás, emitiendo leves sollozos que se confundían en el suspiro constante de la noche. Procuraba provocar el menor ruido posible, de su parte que se oyera solamente el viento rompiendo contra los troncos de los árboles, la fricción de los cuerpos y sus propios sollozos, pero a ella de todas maneras poco le importaba. Ella gemía y gemía, gritaba los nombres de todos los santos y diablos existentes, pellizcaba, mordía, arañaba, se halaba el pelo pensando en cómo disfrutaba cada momento de amor nocturno en las calles. A media cuadra, en la esquina, un perro solitario salió de su resguardo sin temor a coger un resfrío para aullar sin parar, cantándole al amor lluvioso y a su propia soledad. Había tragado en ese día no más que unas cuantas cáscaras y un pedazo de cajeta envuelta en tierra pero no dudó en gastar todas sus energías en ese himno ronco que prolongó durante más de media hora. Mientras, a unos cuantos pasos de distancia un guarda desde su caseta de latón observaba con ojos brillosos el espectáculo que se fraguaba ante él, tocaba su miembro desnudo babeando del deseo de ser ese muchacho, ¡que jodidos bandidos, ni la lluvia los para! Hacía más de seis meses que no tocaba piel más que de su propio pellejo, dejó a su mujer de pechos morenos por buscar una mejor vida en una ciudad que le tiene miedo al silencio, por eso lo que más hay son guardas privados, les proveen de casetas de latón y un par de pailas para que se la pasen haciendo ruido toda la noche. Pero esta noche no, en esta noche lluviosa no hay bulla, solo agua, viento y amor por los rincones…

Los muchachos seguían en su faena, el hacía todo lo posible por hacer el menor ruido, ella todo lo contrario, le decía con voz lujuriosa que lo quería escuchar pegando alaridos tan fuertes que rompieran el viento incesante mientras apretaba fuertemente con sus manos las junturas de sus nalgas. Al otro lado de la calle una viejita mirona se asomaba por la ventana, marcaba y marcaba números apresuradamente con sus dedos artríticos, policía, bomberos, vecinos; relataba con toda la indignación del mundo aquello que estaba presenciando, al otro lado del auricular se escuchaba una carcajada y de inmediato colgaban ¡la moral y el pudor se han perdido! La viejita jamás despegó el ojo del espectáculo…

El amor no encuentra asilo fácilmente, es escurridizo, no le gusta el ruido ni el reflejo, teme a las miradas y se anda escabullendo por todos lados, prefiere los rinconcitos mojados, oscuros y silenciosos. Pero cuando el amor, ese ente maravilloso e intangible aparece, brilla con la intensidad de mil soles, suena como un millón de coros al unísono, se alberga en las almas para siempre.

CORPÓREO




He caído de bruces en tus labios pálidos
Que contienen tu esencia en su carne
Que tienen de alpino y del trópico
Que se mojan, palpitan y tiemblan.

He llegado a albergarme en tu vientre
Sinuoso-moldeado-perfecto
Tallado por un séquito de querubines
Que al admirar su creación
Lloraron un millón de diamantes.

He habitado en las plantas de tus pies
Que al dejar su huella
Fertilizan la tierra
Y enternecen las almas.

He posado, tan sólo
En tu cuello-tallo de vida
Y ha bastado para alzar vuelo
Como un gorrión encantado
Sobrevolando tu mágico ser.

GOTA




Esta noche voy a volar
Voy a hacer un viaje astral
Voy a dar lo mejor de mí para llegar a vos
Y orbitar tu aura violeta, densa y mágica
A navegar tus aguas plateadas
De fondos pedregosos
Que esconden mil tesoros.
Quiero ser- voy a ser
La gota lisa que analiza tu cuerpo
La que apenas roza y acaricia
La que concentra tu néctar
En un coágulo-cristal de vida
Que no choca, sólo sigue persistente
Entre los surcos de tus vellos
Descendiendo, abriéndose camino
Cosquilleándote…
(vos mientras tanto
Te halás el pelo suavemente
Te mordés los labios
Enterrás las uñas en la piel)
…cosquilleándote y reís
Deseando tanto a la gotita
Que penetra en tus adentros.

sábado, 28 de marzo de 2009

LA DAMA Y EL VIENTO




La vi, envuelta en terciopelo
Paseándose, dejándome su rastro
Una vagabunda
Irradiando belleza.
Mi mirada la tocaba
Tocaba su esplendor
Su boca, sus senos, sus muslos.
Su cabello ondulante
Se movía, la movía
Cual única hoja adherida a su tallo.
Aspiraba su fragancia
Acariciaba sus mejías escarchadas
Penetraba sus ropas
Todo era penetrante.
Anidaba en su piel
Retozaba en sus curvas
Besaba sus pies desnudos
Todo tan táctil.
Se fue con otro
Cambió de rumbo
Así es ella.
Me dejó una imagen
Ya no me duele
Tan sólo recuerdo
Que no fui concebido para ver
Tan sólo para soplar.