Que te quede claro
que afuera
ya no estarás más a mi resguardo
y más allá te habré olvidado
más allá serás polvo, arena al viento
pedazo perdido de pluma
de ave panzona, vieja, triste.
Afuera no hay tejados
ni calor de paredes ni marcos de puerta
ni siquiera armarios ni ropas en molotes.
Tus zapatos se irán destapando
la epidermis se resecará
caerá desquebrajada, como muda de culebra
por el sol que succiona vidas
para iluminar el día con energía robada.
Afuera hay grandes imperios
sobre cuerpecitos oprimidos
escuálidos, muertos de frío.
Afuera chupan las venas a la tierra
pasan de cero a cien en cinco segundos
la especulación devora economías
se sienta en su trono e inventa las cifras
de la educación, del petróleo, de los sueños.
Afuera todo está repleto de nada
pareciera mentira pero aquí estás a salvo
del machismo, de la deuda externa
de la lluvia ácida
de tus propios pasos que das con miedo
porque sabés que afuera no me vas a tener
y eso te aterra.
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