viernes, 6 de noviembre de 2009

SOLILOQUIO

Perrozompopos (eterna audiencia), el humo que rasca suavemente las barbas del techo que cruje de alegría, un conjunto de hormigas cirqueras yendo en hileras dudosas ¡que mágico este lugar! pero no vaya infatuarse poeta, nada es para tanto.

Apreciar las manchas en el piso, micromomentos, mientras uno cavila en lo que debe decir, sumando el hecho de que se le vaya el avión y se pierda incluso de lo que uno mismo está diciendo. La bujía sufre de cáncer, titila tristemente. -Perderse entre el viento nocturno no es remoto, solo hay que ser precavido de no seguir el susurro que lo invita a pasear más allá de las sombras-. Varios pedazos moribundos de vidrio sobre el suelo, (se retuercen como lombrices, como trapos húmedos o tripas) con mi suela aniquilo el sufrimiento y suena el último gran grito apagado del cuerpo.

La garganta seca, la lengua áspera, la boca trémula y un ejército de objetos volantes que salen de las palabras encerradas en burbujas con sorpresas. El papel sabe a humo, a guaro y fritanga, una mano acusa, la otra santigua y baja hasta el imaginario genital de una vaca que gime como una mujer. Tendidos eléctricos y serpientes acechando desde el cielo raso, allá duermen los muertos a veces, envueltos en papel celofán. Una pareja de colibríes revoloteando dentro de la cabeza poeta, ¡espántelos, cáguelos y va a ver como se convierten en deliciosa cena! el incesante ir y venir de imágenes, sonidos y recuerdos al momento que compone algo que quizá aun no ha descubierto o jamás descubrirá. El cuerpo autómata se mueve poco, más bien es un péndulo que se balancea de norte a sur, chocando de vez en cuando con algún pez globo o algún tambor ancestral. A un costado una ventana atada con tape previendo alguna tormenta en el desierto; al estallar las burbujas cae a la cara un brillo impresionante, como de un arcoíris o una aurora boreal facial. El silencio tiene voces voraces, con apetito de cuerda humana. En una esquina la caja de resonancia de una guitarra mutilada es el último recuerdo de algo que no volverá a ser.
[+]Imagen: Cannibal, James Jean

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