martes, 2 de noviembre de 2010

DIA DE MUERTOS

- Ya estoy descalzo- dijo Diriangén al verlos llegar, su taza de té aun hervía sobre la mesa, una columna de humo salía ceremoniosamente al momento en que él meneaba el remedio con la cuchara


- Ya estoy desprovisto de todo, ya no peso, soy como este aire que se disipa- sacó la cuchara y alcanzó ver su reflejo arqueado por la forma, eran tres tras él, le escuchaban manteniendo una distancia respetuosa

- ¡Ah! soy un animal disecado, por mí se retuercen las bestias en su ignominia- Diriangén cae al piso, empujado por su autoflagelación– las cuencas de estos ojos sin brillo, las garras sin filo, la putrefacción

Se incorpora, prosigue:

- Este cuerpo está fétido- una figura se yergue y se esfuma dejando un rastro grisáceo   - ya estoy descalzo, no peso, soy el aire imperceptible- tres disparos suenan al unísono, uno encaramado en el otro y este en el último que los contiene- llevás la sangre mala, llevás la tierra seca, llevás pisadas sobre tu espalda y cruces en el pecho. Los sujetos caen de bruces, lloran y visten al difunto.
                            [+] Imagen: Willow tree, James Jean

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