viernes, 5 de febrero de 2010

PERGAMINO FLOTANDO EN EL HUMO

Quiero que descubra la realidad ante sus ojos
quiero decirle que el sexo es la mejor liturgia
y que los curas aun celebran la eucaristía de espaldas.
Quiero decirle también que hemos caminado al revés desde siempre
que la ciencia como producto también es reversible
que el silencio no es silencio sino eco
sonidos lejanos de voces, del caer de los pies, de patadas cerebrales,
de las luces que talan los bosques con su rojo vibrante,
de la ola acariciando con su yema la arena
y la arena resbalándose por el risco.

Quiero hacerle saber que Calígula es el dios de los soberanos
y su corcel es su mano derecha, su corona de laureles
el legislador que ordenó la castidad para su propio placer.

Que la ignorancia es el mejor abono para los tronos
también es mi deber decírselo,
que han habido tantos Auschwitz como ciudades en el mundo,
que las vacas, estimuladas por las manos en sus ubres
lanzan abundantes chorros de esperma
que Saladino aun libra batallas en la franja de Gaza
con su escudo, su liviana armadura y su cimitarra.

Quiero que sienta la esclavitud y la libertad de la edad moderna
para eso primero debe atarse el pie a una soga y ésta a una silla
pasar de ocho a nueve horas ilimitadas frente a un ordenador
alimentarse de comprimidos y tragar bebidas enlatadas.
Luego quiero que se sitúe en la cima de uno de los tantos abismos del Crucero,
que contemple el atardecer desde ahí,
con su clorofila incendiada , con el ejército de pasto que se mece en hileras
con la brisa intermitente y helada que corroe los techos…
quiero que cierre sus ojos, que abra enteramente los brazos,
que descubra el espíritu de la energía universal que lo transporta
y lo lanza al vacío.



Imagen: Casualty, Kate MacDowell

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