martes, 14 de julio de 2009

TACTO

Nos movemos lento con nuestras miradas quedas en un solo punto: el lecho. Vos con tu sonrisa tierna que acaricia sin tocar, yo con mi cara de niño macho y mi boca a media risa. Tu olor me tranquiliza, no hay tacto ni roce, no hay prisa ni plazo. La distancia que separa nuestros cuerpos no es más que una ilusión ínfima y mediocre ¡soltate el pelo coqueta, para verte entera y descubierta! y te vas desnudando de a poco y sin pena, como adivinando mi deseo que también es tu deseo, y me voy desnudando también y nos apreciamos, vos a mi falo viril y yo a tu monte de Venus. Hemos deshecho los miedos y nos vamos abriendo camino al placer infinito y precioso. Nos acercamos paso a paso, aminorando la distancia de nuestros cuerpos que van reventando las paredes del cuarto, ya no hay barreras entre nosotros y el resto del mundo. ¡Juntémonos pues en la inmensidad de la carne, zambullámonos en la vastedad del lecho y hagámonos energía pura…no llores que lloro! Tu cuerpo y mi cuerpo, tu olor me tranquiliza, tu tacto me eriza, me estremece, me domina. Ese mi primer beso tuyo fue la paradoja de un eterno instante.

- La cama nos queda corta, debemos mudarnos al suelo…¡lo sé, lo siento, no hagas mala cara!

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