martes, 19 de mayo de 2009
POSESO
De los sueños del mal
Se fueron descubriendo retazos de demonios vivos
Vislumbrándose miradas iracundas
De ojos vacíos, negros y profundos.
Vi pasar mi existencia
Imbuida en un momento eterno
Pestilente a temor e incertidumbre.
Las sombras que la noche dibuja deliberadamente
Para que un carroñero azabache picotee incesante
A la mente abrumada y trémula
Que sufre graves ataques de pánico.
El cuerpo sobrecogido
Se retuerce entero, tiritando
El estómago, débil y nauseabundo ante emociones.
Vellos y nervios se tensan
Se enredan y ahogan
La saliva y la sangre se espesan
Todo el ser es atacado por una fuerza sobrecogedora.
Al final solo queda el pasmo
La mirada de desvarío
Y una sonrisa absurda
Por no tener conciencia de lo ocurrido.
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