lunes, 31 de mayo de 2010

AUTÉNTICA REPRODUCCIÓN DEL REPUDIO

Hacíamos mil horas del día
el amor cara a cara
ocho extremidades multiplicadas por ocho
se nos hacía sesenta y cuatro
un número sensato
para practicar posiciones cotidianas.

La felicidad es pretérita, diminuta
cabe en una palabra
en una bolsa desechable.

Supuse que lo sabías, que lo intuías al menos
lo deduje de tus labios que dicen tanto callados
del tono rojo inflamado que llevan por la presión
de callar para no desatar el infierno.

Me diste tus ojos en blanco
tu aspecto al borde del abismo
tu simulacro que no funciona
tu estafa de normalidad.

Me diste la sospecha
el otro lado de la cama
el silencio rotundo
y otra vez esos ojos perdidos
tu simulacro que no funciona.

Pero soñé tu sueño
tu cuerpo desnudo a contraviento
violado, manoseado, chupado, lacerado
el capullo cristalizado de tus ojos
lágrimas vueltas cenizas
mientras se acercan los tipos
te guiñan del pelo, te desgarran
te infectan maldiciones con sus dientes
y la luna es negra y el cielo blanco
todo ese dolor perpetuo hasta los tuétanos
la mugre en la calle mientras los carros transitan
y los pasajeros se asoman
con sus ridículas miradas de flashes
y todos (los tipos, los conductores, los pasajeros,
la mugre, la luna negra y el cielo blanco)
todos, soy yo
[+] Imagen: Roberto Guillén

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