viernes, 5 de marzo de 2010

PAREDÓN

!Mirá como la tripeo formando signos en las paredes con mi meada! ¿si o no? Imaginate la escena, llueve despacio, una brisa tibia y salada va cayendo en los contornos de las caras descascaradas de esta pared legendaria. Mi papa me cuenta que en los ´70 fue un paredón de fusilamiento, ve ahí todavía hay uno que otro hoyo cerca del techo, dice mi papa que los venían siguiendo en el Becat, 6 indios enanos y arrechos de verde olivo montados en la bestia descapotada. Dice que a la cuadra se escuchaban los ladridos de esos perros caníbales y ahí pues todo mundo en guinda a sus casas, al piso que era lo más seguro porque más arriba las balas rebotaban, daban cien mil vueltas hasta tocar el piso…Arnulfo tenía 14 cuando se lo echaron, el era correo. Lo venían siguiendo, desde hacía rato le andaban hambre, dicen que le metieron tantas balas que lo tuvieron que recoger a pedazos porque el cuerpo le había quedado todo pasconeado.


¡Vení vení, ahora vamos a formar eles con el chorro…no seas cochón hombre si mear es de lo mas natural! ¿vos sabés que Arnulfo y otro chavalo más hicieron un bunker para su mama y su hermano menor? tenía forma de ele casualmente, bueno por lo que entiendo era usual que los chavalos cavaran bunkeres en los patios para proteger a la familia de las bombas que tiraban las pipilachas. Imaginate vos unos chigüines como nosotros, que lo suyo era jugar pelota, cazar lagartijas, andar engavillados corriendo todo el día pero les tocó feo si. Dicen que esa noche agarraron a otros cinco y se los vinieron a echar aquí nomás, entre ellos había una muchacha que la pasaron tocando buen rato hasta que ella le escupió la cara a uno y le vaciaron la cabeza. Hubo una vela con máscaras después, solo se veían las caras pálidas de la gente del vecindario en aquella noche llorona. Ahora hay una piedra pintada y una placa con sus nombres a la entrada del callejón … ¡perate hombre, apunta a otro lado que me estás meando el zapato!

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