martes, 9 de febrero de 2010

TRAS LAS REJAS


Esta vez no es de noche

las luces atroces atropellan pupilas

con repentinos impactos

el cuerpo en delito flagrante

jadeándose hacia el susurro de sombras.


Barrotes sarrosos y alambre de púa

bordeando sus hocicos grasos y hambrientos

jauría de perros rabiosos, corruptos

sistema perrero. Caza-presa.


El sol está lejos…


Quizá es la hora de salir

diluirse en meadas sobre la losa

y caer en gotas por el desagüe

lograr el tino de llegar donde uno espera llegar

excretar libertad anónimamente

como si fuese posible hablar callando

o respirar con los conductos obstruidos.


El techo a dos metros del suelo

es el límite para quien anhela llegar al cielo con sus manos.

[+] Imagen: Roberto Guillén

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