Esta vez no es de noche
las luces atroces atropellan pupilas
con repentinos impactos
el cuerpo en delito flagrante
jadeándose hacia el susurro de sombras.
Barrotes sarrosos y alambre de púa
bordeando sus hocicos grasos y hambrientos
jauría de perros rabiosos, corruptos
sistema perrero. Caza-presa.
El sol está lejos…
Quizá es la hora de salir
diluirse en meadas sobre la losa
y caer en gotas por el desagüe
lograr el tino de llegar donde uno espera llegar
excretar libertad anónimamente
como si fuese posible hablar callando
o respirar con los conductos obstruidos.
El techo a dos metros del suelo
es el límite para quien anhela llegar al cielo con sus manos.
[+] Imagen: Roberto Guillén
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