viernes, 20 de noviembre de 2009

DESPEDIDA

Me marcho en silencio
Dejo esta húmeda pieza,
La ropa doblada sobre el asiento
Y los viejos versos colgando en el alambre.

Al despertar no sabrás dónde estás
Yo no sabré que hacer con mi cuerpo a media asta
Y mi amor que duele tanto
Porque es sangre a la deriva.

Afuera hay un mar enfurecido
Hay galeones fantasmas y esqueletos de tripulantes
Hay deseos prisioneros del vaivén del oleaje
Y péndulos fijos a un espejo.

He dejado el alma en la pata de la cama
Transportándome a infiernos acuosos
Siendo liebre o minotauro
Hasta perdurar en el sueño de una bestia.

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