sábado, 28 de marzo de 2009

LA DAMA Y EL VIENTO




La vi, envuelta en terciopelo
Paseándose, dejándome su rastro
Una vagabunda
Irradiando belleza.
Mi mirada la tocaba
Tocaba su esplendor
Su boca, sus senos, sus muslos.
Su cabello ondulante
Se movía, la movía
Cual única hoja adherida a su tallo.
Aspiraba su fragancia
Acariciaba sus mejías escarchadas
Penetraba sus ropas
Todo era penetrante.
Anidaba en su piel
Retozaba en sus curvas
Besaba sus pies desnudos
Todo tan táctil.
Se fue con otro
Cambió de rumbo
Así es ella.
Me dejó una imagen
Ya no me duele
Tan sólo recuerdo
Que no fui concebido para ver
Tan sólo para soplar.

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