jueves, 11 de julio de 2019

XY



Este eco de voces reproduce monstruos
que depredan todo vestigio de belleza
porque el mundo ha sido siempre así
ni malo, ni vacío. Sólo mundo.
Pero ahora yo me siento muy malo y muy vacío
muy arrastrando las cadenas en un ocaso cancerígeno
sin percatarme acaso de los pétalos que penden de mi pecho.

Este vagar entre las sombras de mis demonios
alimentados por la sangre de la flor lila
que yace anegada en su propio charco…

Este cuadro traumático suicida
que reposa sobre mi piel abyecta.
Esta pila de agua de la que todos beben
y a todos doy
pero que yo me niego.

 Aquí me poso, sobre mi propia espina
sobre el alma silente que apenas me divisa
avergonzada, herida, mustia.

Estoy seguro de que mis piernas tiemblan
que estoy aterido en un rincón del salón 
sudando helado y maltrecho
deshecho por las memorias que aún me siguen iluminando el rostro.

Pero a esta poesía fallida me lo voy a acabar
me le voy a comer las esquinas, letra por letra
porque el mundo también siempre ha sido así
hermoso y perdurable.
Entonces toca rellenar este hueco con tierra abonada
lavar las vajillas, recolectar los frutos
y encender las velas
que la mesa está puesta para los dos.